Dentro de estas creencias estaba que el caballo actual desciende del caballo de Przewalski. Pero se sabe, hoy en día, por el conocimiento de los cromosomas, que aunque su estructura es similar a los équidos, no se corresponden evolutivamente con los caballos, como tampoco, y por el mismo motivo, los caballos descienden ni de las cebras ni de los asnos.

Desde el EOHIPPUS hasta el EQUUS CABALLUS, ha habido una evolución que fue cambiando absolutamente la morfología en general del caballo primitivo hasta el caballo actual y que de forma especial y muy significativa cambió de los cuatro dedos del EOHIPPUS hasta las extremidades con un solo dedo del EQUUS CABALLUS.
Siendo también significativos, y bien estudiados por los fósiles, los cambios en la dentadura.
Consideramos un estudio excepcional sobre la evolución del caballo el de George Gaylord Simpson en HORSES.

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